México, 22 sep (PL) Entre los miles y miles de héroes anónimos que trabajan sin descanso hoy en la búsqueda de sobrevivientes del terremoto ocurrido el 19 de septiembre está Titán, un pastor alemán entrenado para tal propósito.
De mediano porte, color canela, este mejor amigo del hombre tiene a su cuenta el hallazgo de una veintena de personas, no pocas de ellas con vida.
El nombre le viene como al galgo, pues no duda en introducirse en los resquicios que permiten las ruinas de los inmuebles colapsados, desde cuyas entrañas sus ladridos son la señal de que hay esperanzas y mucha labor por hacer.
La víspera Titán desfalleció, para preocupación de su compañero humano, con el que integra un binomio fundido en lazos estrechos.
Echado de costado, ojos cerrados y respiración entrecortada, Titán tuvo en vilo a cientos de voluntarios, militares y otros que participan en la búsqueda de sobrevivientes en uno de los sitios donde aún se trabaja en esta capital.
Ya en la tarde consiguió ponerse en pie o sobre sus cuatro patas y de nuevo a la batalla por la vida.
Titán no es el único can, los hay mexicanos y de otras naciones que llegaron con brigadistas desde diversas latitudes.
Cual reciprocidad, decenas de perros también han sido rescatados aquí de las ruinas provocadas por el sismo.